27 octubre 2007

VEREDA DE LA ESTRELLA: ENTRE EL OTOÑO Y SUS HUELLAS

Felices sueños! Al final de la ruta, unas espesas nubes cubrieron el horizonte. En ésta, atardecer sobre la línea divisoria de cumbres que corona el Hotel del Duque. Presagio y seguido de la capuana de agua que nos cayó, al poco, llegando a Granada. Menos mal que ya en el vehículo!
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Y aquí... sus Majestades del Sur y juntas: El Rey Mulhacén y la Alcazaba, casi yéndose a la cama !
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Casi, casi la Alcazaba al completo !!!
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Y mirada tras mirada hacia atrás, nos fuimos sorprendiendo más con la desnudez del paisaje!
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Bueno... Y aquí estaban, tras entretenernos con la cabra, la otra gran sorpresa del día y dorada...las cumbres empezaron a despejarse ante nuestra mirada !!!!! Pero si era... la gran dama, la Alcazaba!
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Curiosa instantánea. ¿ Pintura rupestre? Pues casi que no ! Ejemplar de cabra montés que posó para nosotros y que, como se me escapaba a la velocidad del rayo, disparé como pude; y la verdad es que, aunque tomé otras mejores, la presente quedó como de piedra.
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Por todo y por esto...!

Como este otoño para el recuerdo...!
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Colorido hoy que engalanaba la Vereda de la Estrella (arriba, a la izquierda, paso y curva tras ella) sobre este tramo del Barranco del Genil
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Como el mismísimo río de la vida...!
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Puente sobre el río Guarnón y que se resiste al paso del tiempo y de los pasos...
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Ahora, de oro sobre el estrecho Barranco del Genil, nos encaminamos Vereda de la Estrella abajo.
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Con una pincelada de estas, de rojo de otoño, nos despedimos de ella.
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Aquí, desde este otro ángulo, la que nosotros seguimos llamando " Cueva Secreta" (la auténtica ya sabemos que anda un poco más arriba)
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Vaca sorprendida a la vista sobre el río Valdeinfierno.
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Por fin un puente sobre las heladas aguas del Real. Atrás quedan el encogimiento y las carnes apretadas!
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Chorrea que podemos ver en esta zona de la Junta de los Ríos, guiándonos por el sonido del agua, aunque, eso sí, de muy difícil acceso (Foto cedida por cortesía de Jorge Ríos)
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Descenso en picado por el senderillo que nos conduce hacia la junta de los ríos y no apto para los sufridores de vértigo
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Vistas que se alcanzan y gozan desde arriba, cruzado el Barranco del Aceral... Junta de los Ríos (Valdecasillas y Valdeinfierno para formar el Real. Pero las cumbres , nada de nada, que no se dejaban...!
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Refugio del Aceral... con pastorcillas incluido ! Detrás, y justo debajo, se encuentra el Barranco del mismo nombre y que tenemos que salvar cruzándolo un poco más arriba del punto en el que nos encontramos; tomando la estrecha vereda que arranca a la izquierda, detrás del Refugio, para continuar nuestro camino, ahora con un nuevo giro a la derecha, atravesando el pinar que tenemos enfrente y que se te hace "cuesta arriba" nada más comenzarlo.
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Llegando al Refugio del Calvario o de la Cucaracha
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Vistas como esta del Veleta y sus Tajos, con el Barranco del Guarnón como gigantesca cicatriz abierta en la tierra por un antiguo glaciar; y que se pueden contemplar ya un poco antes de llegar al Refugio de la Cucaracha. Y desde el mismo, ni digamos...!
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Aquí, el Rey Mulhacén al abrigo de la nubes. Nubes que hoy harían de las suyas impidiéndonos las mejores vistas.
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Al fondo la gran loma del Lanchar, separando las cuencas del Guarnón, Valdeinfierno y Real
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Y sube que te sube, Cuesta del Calvario o de los Presidiarios hacia arriba, pronto empezamos a divisar el paisaje que se adivina y respira...
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...cruzándolo por el llamado Puente del Burro. ¿ El Refugio...? ¡ Mejor ni mirarlo!
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Senderillo que te baja en un abrir y cerrar de piernas hacia el Río Genil para atravesarlo...
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Cruce de caminos y señales para la vista! Nosotros tomamos la vereda que desciende hacia el antiguo refugio de pescadores, el Refugio del Vadillo...
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Nieves y Espe... Y el gato de la "verea" de la Estrella, como por su casa. Pues eso, que nos persiguió durante un buen rato. ¿ O sería una especie rara de lince blanco ?
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Uno de los numeros arroyuelos que atravesamos y que olían y sabían a puro otoño por estas latitudes
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Aquí, junto al "Abuelo", cada día más joven y verde! Así da gusto cumplir años!
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Al poco, ya empezaba el otoño a insinuársenos y con su paleta de colores más reluciente e instantánea ! Llamándonos la atención la cara opuesta del barranco a la que transitamos, más soleada y con menos vegetación. Vertiente que, al parecer, contó con más asentamiento humano en el pasado dados los innumerables restos de bancales de cultivo abandonamos que observamos a nuestro paso.
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Al fondo, panel informativo de la Junta de Andalucía y comienzo de nuestros pasos, remontando la Vereda de la Estrella; entrando a partir de aquí en el Parque Nacional. A su derecha, desembocadura del Río San Juan sobre las aguas del Genil
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Río Genil que bajaba por aquí, como siempre, tan alegre y juguetón...
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Inicio de la ruta junto al puente sobre el río Genil y Barranco de San Juan, paraje conocido como Vegueta del Caracol
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VEREDA DE LA ESTRELLA: ENTRE EL OTOÑO Y SUS HUELLAS

A pesar de que el otoño aún anda un poco verde debido al calor que no se nos despega, decidimos realizar hoy esta ruta, tan tradicional, característica y de reconocida huella tanto senderista como montañera; además de consagrada y de regalo por ésta, nuestra tierra, Granada para hacerle más justicia y de la buena. Sirviendo la misma, desde el inicio ofrecido o elegido, Estación de Maitena o Barranco de San Juan (alargándola o acortándola según se quiera), bien como paseo, caminata, ruta senderista de media montaña o punto de acceso y asalto montañero a “Sus Majestades del Sur”, las principales cumbres, y que se levantan sobre el núcleo central de Sierra Nevada.
Hoy nos acompañan unos buenos amigos: José Antonio y Esperanza. Jóvenes empresarios dedicados al mundo y arte laboral de la apicultura, del que nos dieron muestras, con todo lujo de detalles, sobre la misma: desde la implantación o colocación de una colmena hasta la elaboración de los distintos tipos, sabores, colores, propiedades, etc.etc. de la pura miel de abeja. Y la verdad es que a pesar de que ellos tienen la naturaleza tan a mano, más que sobrada digamos, al final nos confesaron, reconociendo que la ruta les pareció de lo más desbordada en vistas, paisaje multicolor ahora, agua y oxígeno, como muestra. Aunque eso sí, que les faltaban "sus flores"… Pero la recompensa de los castaños, abriendo sus frutos, como pequeñas bombillas encendiendo su blanco tirando a verde, las rojizas hojas de los robles más adelantados en el cambio de su aspecto, el oro derramado entre los álamos como pinceladas que engalanaban la cuenca del Genil, suplían en mucho la flora multicolor y olor a los que ellos están acostumbrados.
Para no repetirme en el itinerario al completo me remito a la primera parte de Caminos del Sur, en cuya entrada siguiente encontraréis dicha ruta un poco más detallada, con la posibilidad de verla, como muestra, en esa otra época y también recomendada por su belleza, en primavera : Vereda de la Estrella en primavera

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DATOS BÁSICOS DE LA RUTA:

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-Accesos: Granada - Güéjar Sierra-Estación de Maitena, Barranco de San Juan, en vehículo.
-Itinerario: Vereda de la Estrella - Cruce del Vadillo - Refugio del Vadillo - Puente del Burro - Cuesta de los Presidiarios - Refugio de la Cucaracha - Barranco del Aceral - Cruce de El Real ( junto a la unión de los ríos Valdecasillas y Valdeinfierno) - alrededores de "Cueva Secreta" - Vereda de la Estrella - Barranco de San Juan
-Número de participantes: 4
-Dificultad: Media-Alta
-Distancia recorrida: 21 Km. aprox.
-Duración: 7 horas
-Desnivel: 710 m.
-Agua: aunque nos la encontraremos en abundancia (en arroyos, chorreras varias y los ríos citados) se recomienda llevar.

21 octubre 2007

CUMBRE DEL CHAMIZO

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Y allí la dejamos... en paz y tan limpia como nos la encontramos !!!
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Foto de familia: Cumbre del Chamizo (1.641 m.s.n.m) y Club Senderista el Bastón, como muestra y para el recuerdo
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Abajo, los pueblos del Alfarnate y Alfarnatejo. La Maroma la vemos asomando su cumbre al fondo, rodeada de nubes y cubierta de cielo.
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Aunque la foto era ya de vuelta de la cumbre y bajando; lugar por donde también subimos antes y con un grado de dificultad añadida sobre la roca. Porque no tenían hambre... que si no, algunas literalmente, nos hubieran tragado!
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Crocus serotinus, azafrán serrano o azafrán silvestre, flor de otoño, y captado en la cima del Chamizo.
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Majestuoso ejemplar de Buitre leonado ( Gyps fulvus ) con un contingente estable en estas sierras y que nos saludó rodeándonos
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Curiosa instantánea con el astro rey como referencia del punto más elevado y al que " nos dirigimos a ciegas" con manos y piernas mientras tanto
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E incluso ni a veces gateando, estábamos asegurados ni seguros del camino que llevábamos
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¿ Sería "el vivero" o "la guardería" de estas enormes piedras que, como gigantescos cuchillos afilados, pronto nos saldrían al encuentro?
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...y sobre esta alfombra de flores de otoño: en abundancia de " Crocus serotinus " ( azafrán serrano), con Villanueva del Rosario debajo
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Al fondo collado por donde teníamos que colar entre las rocas, sobre un típico paisaje kárstico...
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Alambrada arriba y como punto de referencia. Para bailar la lambada que estábamos!
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Breve parada como motivo y excusa de la instantánea, y respiro para pulmones y espaldas.
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Bajo la sombra de la montaña, refresco inminente pero que nos duraría poco.
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Levantados del campo y de ese tentempié que te levanta continuamos caminando
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Punto en donde se termina el carril carretero de tierra para los vehículos y que nosotros aprovechamos su horizontalidad para el pequeño descanso que nos sostiene
* No era una estrella fugaz; era la estela de un avión... pero por si acaso que pedimos, el deseo de que no nos cayera encima!
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Ya se iba viendo venir la montaña que nos esperaba! Pero la cumbre del Chamizo aún estaba por descubrirse ante nosotros. A la derecha del segundo pico (empezando por la izquierda de la foto), hendidura rocosa por la que atacaríamos la cumbre.
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Montaña, sobre verde y roca; abajo nuestros pequeños cuerpos que interrumpían su silencio
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Sobre la Dehesa de Hondonero
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LLegando a la Dehesa de Hondonero. Panel informativo
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Curiosa instantánea que tomé del interior de la Ermita. Y como se aprecia, con todos los reflejos que se amontonaron.
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Ermita de la Virgen del Rosario
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Magnífico Mirador del Hondonero frente a la Ermita
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Y todo cuesta arriba empezaba
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Camino de ascenso asfaltado hacia la Ermita de la Virgen
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Salida desde Villanueva del Rosario


CUMBRE DEL CHAMIZO

Con puntualidad casi inglesa, nos dirigimos hoy desde Albolote (Granada) hacia la localidad malagueña de Villanueva del Rosario, tomando la A-92 y desvío posterior por la A-92M, que tras abandonarla y cogiendo acto seguido la A-7203 nos lleva directamente hasta esta blanca población a las faldas de la Naturaleza. Y todo, para disfrutar de esta hermosa zona formada principalmente por calizas del Jurásico, y que divide en dos a la provincia de Málaga: desde la Sierra de la Almijara, situada al Este, hasta Sierra Crestellina, límite al oeste, amén de la Sierra de Las Nieves, El Torcal y Sierra Tejeda… Se trata de la axarqueña Sierra de Camarolos, en cuyo punto más alto, El Chamizo (1.641 m.a.), ponemos el punto de mira hoy. Cumbre a la que algunos montañeros llaman “El Lucero” malagueño.
Sierra de Camarolos que, junto con las de Jobo y San Jorge, pertenecientes a la Dorsal Bética, y que comparten las comarcas de Antequera y la Axarquía, constituyen un importante paraje natural cuya riqueza en flora y fauna mereció su propuesta de declaración de Lugar de Interés Comunitario ( LIC ) dentro de la Red Natura 2000 de la Unión Europea, de la que también forman parte los actuales espacios naturales protegidos, como el Parque Natural de Tejeda y Almijara y el Paraje Natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo.
Llegamos al pueblo de Villanueva del Rosario (697 m.a.), y una vez bajados del autocar, estiradas las piernas, separados los brazos del cuerpo y cargadas las espaldas, salimos, atravesando el núcleo urbano, con dirección y siguiendo la flecha a la Ermita de la Virgen del Rosario primero, Dehesa de Hondonero, y nunca mejor dicho y para hacerle honor al que mandó confeccionar el letrero, por un camino marcado como “Ruta de Naturaleza”.
Camino estrecho que está asfaltado hasta la Ermita de la Virgen del Rosario construida no hace mucho sobre el Mirador del Hondonero y en honor a su patrona; y desde aquí, una vez reagrupados, continuamos ya por un carril carretero de tierra, y en buen estado por cierto. Pero no sin antes saborear las estupendas vistas que se gozan desde esta gran explanada ubicada frente a la Ermita y desde donde podemos obtener, además, una impresionante panorámica de estas sierras que se unen con las Sierras de Villanueva del Trabuco, San Jorge y Sierra Gorda. Añadir sobre este lugar que de la base de este mirador nace el Río Cerezo, al que los lugareños llaman “El Chorro”.
Continuamos con el camino de los pasos y al poco llegamos a la Dehesa de Hondonero (970 m.a.), en cuyo panel informativo podemos leer que estuvo formada en el pasado por bosque mediterráneo. Estando constituida, en la actualidad y principalmente, por pino carrasco de repoblación y un sotobosque bastante reducido formado por matorral mediterráneo con especies como la aulaga, cornicabra, o espino negro, entre gran variedad de herbáceas como la orquídea y la abundancia en la flora hoy del Crocus de flor otoñal, el azafrán silvestre. Acompañados también con algunas especies aisladas de quejigos y encinas repartidas por sus laderas. Siendo además un buen lugar para los amantes de las setas.
Indicar que a la derecha parte un carril que atravesando la Sierra lleva a los pueblos de Alfarnate y Alfarnatejo, pero que nosotros dejamos atrás siguiendo con el sentido de la cuesta.
Al poco, y tras unas dos horas escasas desde el inicio de la caminata, llegamos a una verde explanada, en donde los coches no pueden continuar con la marcha; lugar en donde hacemos una breve parada para reagruparnos y para ese tentempié que te levanta.
Aquí, sobre los 1.205 m.a., algunos componentes del grupo deciden no subir hasta la cumbre del Chamizo por algunos problemas que arrastran; y la mayoría, que sí, que hacia "las piedras" que tenemos delante y por encima de nuestras cabezas, que nos encaramos con la montaña!
Hay que hacer hincapié en el camino, porque la vereda es casi inexistente. Como referencia deberemos de acercarnos hasta una alambrada, con postes de madera, que vemos a nuestra derecha; sirviéndonos además unas veces de su anclaje, como asidero y punto más fijo al citado alambre (a la ida y a la vuelta), y otras al rastro de las pintadas sobre la roca de color azul y blanco. Dirección que seguiremos hasta alcanzar un coladero entre las dos grandes masas rocosas que ya vemos a nuestra derecha.
Esta subida, desde donde termina el carril carretero para los coches, que se convierte al poco en fuerte pendiente, hay que hacerla con bastante precaución; evitando, en todo lo posible, pisar en falso sobre las piedras sueltas. Bien lo sabe el amigo Paco al que una de ellas, que bajaba desprendida y alocada, le produjo una herida en la pierna por la que necesitó, posteriormente, cuatro puntos de sutura.
Conforme subimos ladera Norte arriba, las sombras del Chamizo cubren la mitad de nuestro camino, acompañando nuestras pisadas, bajo los resquicios de humedad que vemos por entre las piedras y que se nos van clavando hasta en la respiración, convirtiendo nuestra marcha en frescor agradable pero por contra en muy resbaladizo el piso bajo nuestras suelas mojadas. Gotas de frescura en un octubre cálido y lluvioso, hoy un poco caluroso por cierto, y un tanto atípico y dañino si recordamos esas zonas tan nuestras, próximas y hermanas… Andalucía, Levante, Cataluña, Palma, en donde les han caído las del arca.
Subida que tomamos con la alegría de la marcha y del habla. Observando que la pendiente se hace cada vez más fuerte y el desnivel nos obliga a andar muy pegados con la cara y el alma casi rozando las piedras del suelo. Usando nuestras armas, manos y piernas, para salvar tanto desnivel sin perder el equilibrio. Agarrándose uno a lo que se puede, incluso a algunos espartos que amablemente nos ceden su anclaje. Aprovechando esta torrentera natural para acortar la distancia de esta ascensión tan pronunciada.
Llevándola bien, se tarda algo menos de una hora para llegar desde este punto anterior indicado, donde finaliza el carril carretero para los coches, hasta cruzar la alambrada. Otro cuarto de hora hasta una zona que nos tropezamos libre un poco de rocas, pasados ya al otro lado de la alambrada y tramo del coladero de la derecha. Lugar en donde dejamos las mochilas y bastones por la trepada que nos esperaba. Zona tras esa hendidura en la roca a la que llegamos, aún en la cara Norte, muy cerca ya de la cima. En ella, la hierba, nos invita a sentarnos y descansar, pero nosotros continuamos con el camino de los pasos.
Ahora las rocas se tornan literalmente en cortantes y gigantes, colocadas como afilados y grandes cuchillos, acompañadas de algunas plantas que tapan profundos agujeros a modo de trampas. Peligros para el peso de los pasos, demostrando que todo equilibrio será poco para salvar esta zona, la verdad que un poco dificultosa. Pero ya olía a cumbre, y eso nos sonaba a esperanza.
Salimos de allí y seguimos con la ascensión en pupilas y retina y con el astro rey de frente. Ahora el camino se despeja un poco y comienza una llanura pedregosa que nos anuncia la cercanía a la cresta final.
Acercándonos hasta ella y por este perfil de la montaña, donde forma una especie de balcón nos asomamos para contemplar el paisaje que por aquí se regala como premio. A la izquierda, una pared de piedra toda firmeza y examinadora del vértigo, nos ofrece apoyo inmediato. Frente a nosotros el horizonte más amplio y el Sol, ahora, como astro y rey de la montaña. Abajo, en lo hondo, un extenso bosque de pinos arde en verde y viento. A lo lejos, en tonos de grises como pinceladas en el horizonte, se aprecia la Sierra del Torcal, y junto a ella Sierra Chimenea con su pico El Camorro.
Y allí estaba la cumbre…. altiva, señorial, encrestada, herida en mil pedazos pero viva... El Chamizo. Desde la cumbre, apiñados ya junto al vértice geodésico, también divisamos la Maroma, el pantano de la Viñuela, Canillas, Alfarnate, Alfarnatejo, Río Gordo, Colmenar, Casabermeja, y Vélez-Málaga tapada hoy por la nubes, por su puesto.
En cuanto a la fauna avistada hoy decir que, además de una pequeña culebra que dejamos atrás en el camino, a la que algunos querían catalogar y convertir oficialmente en víbora, pudimos disfrutar ya sobre la cumbre, de unos magníficos y grandes, en vuelo y tamaño, ejemplares de buitres leonados y cuyo contingente está más que asentado ya sobre estas sierras.
La vuelta la realizamos, volviendo sobre el mismo camino que nos trajo.
Cumbre de hoy a la que dedico, como homenaje y gratitud hacia la montaña, este pequeño poema.
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CUMBRE y AZULCumbre en alto, como el aire que respiras,
tan antigua como el silencio,
tan arena como agua...
Ojo del mundo en tus pupilas,
tan viva como herida,
piedra sobre tu sangre,
paloma bajo el fuego de tu aquelarre.
Entre la espada del viento y del agua,
vives y sobrevives,
naturalmente.
Mis pasos sobre tus brazos
fundidos tras el eco de la distancia.
Horizonte que pretendo,
segundo a segundo,
piedra fría sobre tu latido al alza.
Sed de ser,
a caballo sobre el horizonte,
sueño violeta de tu piel recuerdo.
Esqueje de luna que rumian los atardeceres.
Alba tras la noche incandescente.
Hacía ti van mis palabras. Mis pasos sin atadura.
Uno a uno. Como regreso de este otro mundo.
Sueño bajo tu cuerpo.
Cumbre y Azul.
Arco iris de piedra que se levanta.
J.M.M.*
DATOS BÁSICOS DEL RECORRIDO:
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-Accesos: Desde Granada, por la A-92 abandonándola, tomamos la A-92M, con salida hacia Villanueva del Rosario por la A-7203, en autocar.
-Tipo de de itinerario y trayecto: lineal, a través principalmente casi todo por carril carretero en buen estado y al final un tanto dificultoso por piso bastante rocoso hasta la cumbre.
- Tiempo empleado: 6:45 h. (con descansos incluidos)
- Longitud recorrida: 16 km. aprox.
- Desnivel: 944 m. (entre los 697 m. de Villanueva del Rosario y los 1.641 de la Cumbre del Chamizo.
- Dificultad: Baja, desde Villanueva del Rosario hasta donde termina el carril carretero; y "Media-alta" en el tramo de ascenso a la cumbre.
-Número de participantes:  60 entre miembros y amigos del Club de Senderismo El Bastón.
- Agua: Villanueva del Rosario.
-Datos de interés: Villanueva del Rosario se encuentra a las faldas de la Sierra de los Camarolos y el Jobo; estribaciones que ofrecen unos paisajes de roca caliza de increíble belleza natural. Entre los puntos más destacados se encuentran El Chorro, manantial natural de agua muy apreciada por los visitantes; la dehesa de Hondonero, en la cual se pueden disfrutar de un tranquilo día en la naturaleza, las diferentes cuevas y abrigos, como la del Malnombre en donde se han encontrado pinturas rupestres, la zona de la Maera en donde se encuentra el popularmente llamado “Tajo de la Maera” en el que se puede practicar la escalada y el rappel.