14 enero 2007

SIERRA ELVIRA: ENTRE LA PIEDRA Y LA VIDA







































































































































SIERRA ELVIRA: ENTRE LA PIEDRA Y LA VIDA

Comenzamos el año con esta cercana marcha a la Sierra de Elvira para ir abriendo piernas y camino y soltar ese lastre acumulado tras el atracón y parón obligado de las Navidades.
Sierra Elvira se encuentra al noroeste de la ciudad de Granada y pertenece a los municipios de Albolote, Atarfe y Pinos Puente. Situada a unos 10 Km de la capital granadina, limita al Norte con el Pantano de Cubillas y al Sur con la Carretera de Córdoba y está situada dentro de la Vega de Granada. Si le adjudicamos su formación al periodo Triásico-Jurásico, puede suponerle una edad de treinta y cinco millones de años (año abajo, año arriba)
La podemos dividir físicamente en dos zonas diferenciadas, la parte Oeste o Sierra Elvira propiamente dicha formada por tres collados con más de 1.000 metros cada uno, en donde se encuentra la conocida Sima de la Raja Santa con unos 120 metros de profundidad. Y la parte Este o Sierra de Atarfe con una serie de picachos de una altura media de 800 metros: Castillejo (Ermita de los Tres Juanes, 861 m.) El Tajo (876 m.), Atalaya (886 m.) y Repetidor de Telefónica (865 m.)
El hombre primitivo ya tuvo asentamiento en estas tierras, como después lo hicieron los romanos y árabes, dándoles el nombre, ubicación y urbanismo por los que se la reconoce. Según parece, fue aquí en donde se ubicó la antigua ciudad de Granada (la lliberri romana o Elvira).
Destacar, para terminar con esta breve reseña, dos aspectos sociales y económicos íntimamente asociados a la zona: las canteras y el balneario. Las primeras en pleno apogeo ya en los siglos XVI a XVIII y en todo su esplendor, tras la conquista por parte de los cristianos; aunque también hay que decirlo, en la actualidad, están sobreexplotadas y el impacto visual que generan en el paisaje es demasiado grande y hasta desagradable. El balneario se ubica en el margen derecho de la carretera que conduce a Pinos Puente desde Granada.
Y ya, volviendo sobre los pasos y tras ese primer “alpargatazo”, paso a comentar el itinerario que nos ha movido y llevado a ésta, la primera del año.
Sobre las 9:15 de la mañana salimos desde el Polideportivo de Albolote, donde nos reagrupamos con los coches para desplazarnos, con los mismos, a las faldas de Sierra Elvira allá por la Urbanización el Torreón-Monte Elvira (una vez pasada la Urbanización El Pretel).
Iniciamos ya la caminata, andando o a pata, como la ley del senderismo manda, por un sendero que sube entre el Cerro El Tajo de 874 m. (conocido también por los lugareños como “Tajo Colorao”) y La Atalaya, un torreón árabe que data del siglo XVI y que representaba una vigía alertando del movimiento enemigo, mediante mensajes con fuego, humo o con espejos a otras atalayas fronterizas. Eran construcciones cilíndricas con la puerta de entrada a mayor altura que el suelo y que comunicaban con las medinas amuralladas.
Continuando por dicho sendero entramos en los primeros pinos de la Sierra para tomar seguidamente una pista forestal que bordea la zona , llaneando, por su parte oriental entre olivos y la propia Sierra. Una vez situados en la parte noreste damos un rodeo ascendiendo un poco hasta el próximo collado.
A partir de aquí comienza lo bueno. En una fuerte pero "relativa" corta ascensión nos colocamos sobre la cima del Morrón de Enmedio ( 1.102 m.), máxima altura de esta Sierra y en donde está enclavado el vértice geodésico; a nuestra izquierda (mirando hacia Granada o Sierra Nevada) tenemos el Morrón de la Punta ( con 1.052 m.) y primero de los tres Morrones que componen esta aislada y singular cadena montañosa y objetivo de nuestra marcha. Se decide no subir a la cima de éste y continuar hasta el próximo y último de los tres y que queda justo a nuestra derecha: el del Piorno (con 1.084 m.a. ) aunque parte del grupo prefiere bajar sin subir a su cima. Quienes lo hacemos observamos la existencia de una sima por donde sale aire caliente casi en forma de vapor de agua termal.
Decir, es hacer sólo un poco justicia, que desde arriba las vistas son impresionantes. Poder subir para verlas y disfrutarlas sería lo propiamente recomendable: de izquierda a derecha y girando la vista, el pantano de Cubillas, los pueblos de Caparacena y el Chaparral, las Sierras de Iznalloz, Cogollos de la Vega y Majalijar, las cumbres de Sierra Nevada y la Vega de Granada al completo (aunque ésta última con ese complejo y entramado urbanístico de los pueblos que la salpican y que la van reduciendo, agrandando la capital como fuera de sus límites), las Sierras de la Almijara y Tejeda, el pueblo de Moclín y el Castillo de la Mota. Toda una cadena de sombreros de montaña que parecen renacer y querer cercarnos y acercarse hacia nosotros.
Desde este último morrón, realizamos el regreso para juntarnos con el resto del grupo que no subió al mismo. Primero lo hacemos campo a través, haciéndolo entre pequeñas manchas de bosque Mediterráneo, con su vegetación autóctona, compuesta de chaparros, y abundante matorral como el tomillo, el romero, la aulaga que se nos ofrece ya, en contraste para la época del año en que nos encontramos, casi en todo su esplendor: con esa floración azul y amarilla de estos dos últimos ejemplares.
El vereillo que tomamos tras la bajada del último morrón con dirección Este, nos lleva hasta un área recreativa llamada “Pinos de la Moleona”, provista de mesas y bancos.
Tras cruzarla, tomamos otra pista forestal muy transitada por los vehículos hoy; y cuyos usuarios habían tomado literalmente todas las zonas habilitadas para el recreo y descanso. Caminando ya bajo la cara Norte del Cerro de la Atalaya, le damos un rodeo de norte a este, desembocando en una carretea asfaltada, y tras realizar un giro a nuestra derecha nos lleva al lugar donde dejamos los vehículos aparcados.
El dato significativo, el calor en las horas puntas del mediodía que nos ha caído como maceta de un ático. Así que, si estamos a mediados de enero y visto el calor del cielo, no se os ocurra intentar hacerla en temporada de verano, ya que no hay agua en todo el recorrido y sus amplias zonas desprotegidas harían el resto del trabajo, aumentando ese esfuerzo innecesario.
Bonita y corta marcha con vistas alcalinas incluidas y sobre todo tan próxima a Granada. Así pues... ¿Qué más se le puede pedir a este plato de la casa, a este menú a la carta? ¿A esta montaña entre la piedra y la vida y tan cercana?
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-Accesos: Desde Albolote (Granada) hasta la Urbanización el Torreón-Monte Elvira en vehículo. Regreso: viceversa
- Itinerario: Sendero entre El Tajo y la Atalaya hasta la cima del primer Morrón que visitamos: El de Enmedio. Siguiente Morrón: Piorno. Pinos de la Moleona. Pista Forestal de regreso y carretera asfaltada hasta los vehículos.
-Trayecto: circular
-Distancia recorrida: unos 16 km.aprox.
-Participantes: Club Senderista "El Bastón"
-Dificultad: Baja
-Duración: 5 h. 1/4 (incluidos descansos)
-Agua: llevar.

1 comentario:

Chuck dijo...

Saludos desde Granada.
Estoy haciendo un curso para obtener el título de Guía de la Naturaleza. Su artículo sobre Sierra Elvira, a los pies de la cual viví durante 8 años (en Atarfe), me ha parecido precioso. Confío en que siga disfrutando de la naturaleza y demostrando con su ejemplo que la cultura humana no está reñida con el respeto a la historia y a la naturaleza misma. Salud