13 mayo 2007

ZUHEROS: RÍO BAILÓN - LAS CHORRERAS

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Castillo de Zuheros
Vista general de Zuheros: "Perla de la Subbética cordobesa", aquí desde el Tajo del Charco Hondón

Paisaje kárstico y cuevas formadas por la erosión
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De vuelta a Zuheros: sendero junto al Arroyo Moreno
Peonía, rosa maldita ( Paeonia broteroi Boiss. & Reuter ) - endemismo ibérico
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Las Chorreras
Las Chorreras
Gamón blanco ( Asphodelus albus )
Caminando por el "Poljé"


Poljé de la Nava
 Al fondo, masa de encinar tan característica de estos paisajes de la subbética cordobesa

                                                                        Aquí hoy, todo, verde sobre el verde

Fuente de Rebola
Fuente de Fuenfría

Sendero PR-A sobre el Paraje de Fuenfría


Pequeño "bosque encantado" que atravesamos
Flor de abeja amarilla - orquídea - (Ophrys lutea -Gouan -Cav.)
Fuente de La Mora


Cruzando el Río Bailón
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Centaura (Centaurea pullata L.)

Erosión y Naturaleza viva

La roca caliza predomina también sobre el paisaje
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Vista de Zuheros: " La Joya de la corona"
Cañón del Bailón


Sendero de ascenso en zig-zag
Comienzo del Sendero PR-A en Zuheros, en donde inicamos la ruta junto al aparcamiento contiguo al Río Bailón
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ZUHEROS: RIO BAILÓN – LAS CHORRERAS
De momento, y mientras "se hace" la autovía, a hora y media escasa de rodadura (por la N-432, CO-240 y CO-241) y a unos 97 km. de distancia de Granada se encuentra “la perla blanca” de la Subbética cordobesa, la bella localidad de Zuheros.
Situada a unos 76 km. de la capital cordobesa y a unos 620 metros de altitud sobre el nivel del mar, podríamos decir que Zuheros es la antesala a la naturaleza, paso voluntario para perderse entre la multitud de contrastes del verde y que le caracteriza; como telón de fondo ya cuando uno se acerca hasta este bello municipio y que además ha sido agasajado por la mismísima piedra caliza que habita en él y él en ella, como valiéndose mutuamente de caricia. Sus empinadas calles son testigo de ese monumento, dirigiendo el epicentro de su altura hacia el castillo que la corona, y que como reino excavado en la roca hace mérito de su fortaleza.
Y ahora un poco de historia: Parece ser que el primer núcleo de población se asentó sobre finales del siglo IX, construyéndose un castillo sobre las inexpugnables rocas denominadas “sujaira”.
Zuheros, en sus orígenes, perteneció a la Cora de Elvira (Granada), pasando de conquista en conquista, y de mano en regalo, hasta que en el siglo XV pasó a ser propiedad de la Casa de Aguilar, para seguidamente pertenecer al linaje de los Fernández de Córdoba; construyendo éstos el palacio renacentista anejo al castillo, del cual se conserva algunos restos y señales del mismo.
Indicar por último que su mayor actividad agraria está basada en el cultivo del olivar, y la ganadera en la producción de queso ecológico. Destacar también el incremento del turismo rural, siendo su buque insignia, a parte del Castillo, la famosa Cueva de los Murciélagos, declarada en el 2002 por la Junta de Andalucía como Monumento Natural y amén de todo el municipio declarado también como Bien de Interés Cultural en su modalidad de Conjunto Histórico-Artístico en el año 2003.
Atractivos que suman y sigue con el de la Vía Verde (adaptación de las infraestructuras ferroviarias en desuso y que están siendo coordinadas por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles), todo ello dentro y aquí del Parque Natural de las Sierras Subbéticas. Impulso reconocido y del que se aprovecha este municipio, naturalmente y valiéndose de esa simbiosis, ya introducidos de lleno en esta naturaleza tan verde.
Así que ya metidos en materia, y como continuidad de los pasos que nos han atraído hasta esta tierra tan hermosa, además de casi vecina y hermana, paso a abrir esa ventana que da pie al itinerario bajo el habla; remarcando el hecho de que todo lo que aquí te rodea, alcanza tu mirada, ves, palpas y respiras, está virgen o casi intacto y no alterado por la mano del hombre. Por ejemplo: durante la ruta no se observa ni un poste de electricidad, ni de telefonía, ni vehículos circulando, sólo algún cortijo que otro, y la mayoría abandonados, dan señales sólo del paso del hombre por sus alrededores; y al final siempre traducidos en ese encanto de naturaleza virgen, predominando el verde de su vegetación y la encina como nota característica sobre el horizonte.
El sendero, de pequeño recorrido - colores blanco y amarillo- y señalizado como PR-A, comienza a la salida de Zuheros, en la zona habilitada como aparcamiento junto al barranco al que el río Bailón, con el paso del tiempo, le ha abierto sus entrañas y llega hasta La Nava, finalizando a un 1 km. de la carretera que sube hasta la ermita de Cabra.
Una senda que no tiene pérdida ni desperdicio alguno y que comienza con un zigzagueo a modo de calentamiento de los pasos (salvando en unos 10 minutos alrededor de unos 100 m.) y que nos deja en la parte más alta del cañón del Bailón, disfrutando de una panorámica imborrable para la vista y memoria del encalado pueblo que luce traje abajo y adornado por su Campiña; blanco sobre el azul y el verde que le acompañan a modo de escenario tan natural y relajado.
Una vez atravesado el cañón, al poco, el sendero desciende ligeramente y con los tajos del Bailón a nuestra izquierda coronados por el Mirador de la Atalaya. Tras un recodo del sendero, nos encontramos por primera vez con el curso del río Bailón al que seguiremos lecho arriba. El paisaje ahora cambia a mayores disfrutando de la verticalidad de sus paredes y la paz en la que se convierten. Observando mientras caminamos numerosas cuevas excavadas que han quedado al descubierto por la erosión del río sobre la roca, siendo la mayor de ellas la llamada Cueva del Fraile; y en donde vemos a su derecha que un grupo de montañeros estaban realizando prácticas de escalada sobre una pared más que vertical y con camino recto hacia el cielo.
Al poco volvemos a cruzar el río sobre su parte más ancha y, después de subir un repechón, nos encontramos con la Fuente de la Mora a nuestra derecha. Continuamos por el sendero de los pasos junto al cauce del río, atravesándolo en varias ocasiones más. Cauce sembrado de rocas, unas arrastradas por el río y otras caídas de los costados de las altas paredes rocosas, observando mientras caminamos la gran erosión producida sobre este paisaje kárstico.
La senda prosigue hasta que nos introduce en un singular bosque de chaparros en donde los restos de líquenes adosados a troncos y ramas le dan una aire un tanto misterioso y como tirando a bosque encantado y más propio de cuentos y sueños sin habla.
Pasado un cortijo abandonado a nuestra izquierda, y dejando atrás a la derecha una enorme y majestuosa encina centenaria, llegamos al bonito paraje en donde se ubica la Fuente de Fuenfría, y muy próxima la Fuente de Rebola, momento que es aprovechado para rellenar cantimploras y refrescarnos un poco. Acto seguido giramos a la derecha, para circular ahora por un carril. Tras pasar otro pequeño bosque de encinas, éste nos deposita sobre el inicio de un impresionante “poljé” (etimología eslava de "polje": campo) que es una depresión en un macizo de roca kárstica de grandes dimensiones a modo de valle alargado y cerrado, de fondo plano, de gran tamaño y contornos irregulares. Los bordes son empinados y en ellos aflora la roca caliza. Suele estar recorrido por un riachuelo que desaparece súbitamente por un sumidero o ponor. Se trata del Poljé de la Nava, extensa llanura cercada por altas sierras y que es aprovechada naturalmente para el pastoreo.
Al poco de entrar en la Nava abandonamos el sendero PR-A que continua hacia el final de la misma, y siguiendo la flecha que lo señala, tomamos el camino de la izquierda que nos lleva hasta la zona conocida como Las Chorreras en donde existe una bonita cascada natural (hay otra más arriba pero dejamos su visita para otra ocasión, así tendríamos excusa más que suficiente). Paraje éste, el de Las Chorreras, tan tranquilo como idílico y que hoy estaba tomado por esa sabia "humanidad" conocedora de estos rincones tan espectaculares. Aguas estas que van a parar al río Bailón como aporte de su caudal.
La vuelta la iniciaríamos desde aquí, haciendo antes la obligada parada para el avituallamiento a la vera del Polje .
Tras una pequeña siesta, ofrecida bajo el espacio-tiempo y como cortesía de la "casa", ya que la ruta de hoy era más corta y relajada, y además apetecía sobre aquel terreno tan acolchado sobre el verde; sobre nuestros propios pasos regresamos hasta el paraje de Fuenfría. Desde allí, como variante del regreso, tomamos el carril que asciende con dirección Este-Sudeste (pasando por las inmediaciones de una granja junto a un corral de cerdos y punto máximo de elevación de la ruta, sobre los 1.075 m.a.), y que rodeando el Cerro de Bramadero (en sentido contrario a las agujas del reloj), te lleva barranco abajo hacia el curso del Arroyo Moreno, que cruzaremos y seguiremos por su margen derecho, hasta desembocar al final con el río Bailón de nuevo y con el sendero de ascenso; y de aquí, todo seguido, hasta Zuheros.
Punto y final de ésta, y que podríamos reivindicar y definir como de “marcha verde” a modo de acento sobre la naturaleza. Hábitat que se nos regalaba hoy sobre estos rincones tan nuestros y andaluces. En donde esa medicina tan natural, verde y viva – viva y verde- y que con el hallazgo de una simple peonía (pero no exenta de grandeza), puede acabar en tanta satisfacción ante los ojos del descubrimiento.
Y hablando de flora, decir que la vegetación, típicamente mediterránea y por supuesto protegida, está compuesta principalmente por encinas y quejigos, sumándose también a ella los arces y almeses. Seguida y servida además, como en bandeja de plata, de especies endémicas-ibéricas, béticas, norteafricanas, locales y de ese otro sinfín de las que florecen como espectáculo durante el año: narcisos, lirios, orquídeas, peonías, gamones; acompañadas bajo agasajo y protección de una multitud de arbustos como el majuelo (espino albar), lentisco, escaramujo y acebuche entre otros.
Con respecto a la fauna decir que está catalogada como de gran valor ecológico; y que como salvaguardia de los tiempos que corren citamos ejemplos del águila real, el buitre leonado (y avistado,) el halcón peregrino, como señores de los cielos, junto al resto de la gran familia ornitológica que habita en estos parajes de paz y sosiego; y otros más comunes, y ya sobre la tierra, como son el jabalí y el zorro y resto de pequeños mamíferos y anfibios, habitantes de ríos, arroyos y charcas.
Como despedida, y sirviendo ésta de agradecimiento de nuevo hacia esa abertura de brazos del C.D. Azimut, organizador de la ruta, y en su nombre y cabeza representativa al amigo Curro, aquí dejo algunas instantáneas de ese recorrido y hermanamiento en el caminar de los pasos. ¡En nombre de los cuatro, que os la debemos!
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- Accesos: Desde Granada a Zuheros ( Córdoba) (recorriendo unos 97 km. aproximadamente por la N-432, CO-240 y CO-241) en vehículo.
- Tiempo: (1h.20 m. aprox.)
- Regreso: viceversa e idem.
- Itinerario de la ruta: "PR-A" a la salida de Zuheros, Cerrada del Río Bailón, Fuente de la Mora, Cortijo del Barranco, Fuenfría, La Nava, Las Chorreras, Fuenfría, rodeo del Cerro Bramadero, Arroyo Moreno, Cerrada del río Bailón, Zuheros.
- Trayecto: semicircular
- Distancia recorrida: 15,5 km.aprox.
- Desnivel máximo: 455 m.
- Participantes: C.D.Azimut y "agregados"
- Dificultad: Baja
- Duración: 5h y 45 m. - ida y vuelta - (incluidos descansos, parada para el avituallamiento y pequeña siesta cortesía de la casa)
- Agua: Fuente de la Mora, Fuenfría, Fuente de Rebola, Las Chorreras, Arroyo Moreno.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonita ruta paisano. Me has puesto los dientes tan largos que no me queda más remedio que acercarme para combrobarlo. "Noragüena" por ese peazo de página. Espero que algun dia nos crucemos por esos caminos del sur.

José Medina (joseme) dijo...

De nada "paisa", pero que sepas que todo el mérito lo pone la Naturaleza. ¿Y lo de cruzarnos por el camino...? Pues quién sabe, que si a ti tambien te gusta darle a la alpargata, pues que todo se andará! Allá por la Morra, allá por Sierra Nevá...! ¡Así que ve echando una cerveza fresquita en la nevera, dentro de la mochila, por si llega el caso. ¡Que después tenemos fama de agarraos!