30 abril 2007

PUERTO DE LA RAGUA - EL CHULLO - LAS ALPUJARRAS

Día 29-04-07: Ascensión al Chullo:
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Cumbre del Chullo (2.611 m.a.) 
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Aquí, junto al vértice geodésico del Chullo (2.611 m.a.), también conocido como cerro del Granizo, y techo de la provincia de Almería.
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Y por aquí mismo, nuestros amigos
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Pequeña caseta-refugio de piedra con la que nos topamos
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Y aquí, Nieves, en su elemento homónimo
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Perspectiva del camino ahora y de lo más serrano y serrana...


Y para arriba que vamos, que era nuestro presente hoy...
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Camino de la Meseta de Prados Largos
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Refugio-Restaurante Puerto de la Ragua (con el sendero al fondo que lleva hacia el Chullo)
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* Llegada a la Posada de los Arrieros y visita a Bayárcal y Paterna del Río (con romería incluida):
Puerta de Entrada a la Posada de los Arrieros, antigua Venta " El Zamburino"
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Fuente y cascada interior en la Posada de los Arrieros
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Lavaderos públicos de Bayárcal
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Vista general de Bayárcal
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Ermita Ntra.Sra.de los Remedios en Paterna del Río

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* Día 30-04-07: Recorrido por la Alpujarra granadina:

Panorámica de Laroles
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Vistas de Mecina Alfahar, Nechite y Válor
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"Punto de Información" en Yegen (Alpujarra de la Sierra)
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Tramo aquí del sendero de Gerard Brenan en Yegen
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Iglesia del Dulce Nombre en Yegen
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Mecina Bombarón (Alpujarra de la Sierra)
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Iglesia de San Miguel Arcángel en Mecina Bombarón
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Balcón-Terraza de Mecina Bombarón ( mirando hacia Montenegro)
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A la vera de la GR-7 y camino a El Golco ( Alpujarra de la Sierra)
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Panorámica de Trevélez (Perla del Mulhacén)
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Fuente Agria en Pórtugos
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Vista de Pampaneira con Bubión y Capileria al fondo y arriba
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Pampaneira: Calle y Tinao típicos de la Alpujarra

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PUERTO DE LA RAGUA - EL CHULLO - LAS ALPUJARRAS
Aprovechando este “macizo” puente sobre el día del trabajo, decidimos (partiéndolo por la mitad al poco de empezarlo) realizar la ascensión al Chullo y, valiéndonos pues de esa abertura y entrada por la puerta grande al Puerto de la Ragua, como extra añadido de esa distancia entre "orilla y orilla", darnos una vuelta por las Alpujarras, y nunca mejor dicho, visitando para ello parte de la almeriense y un poco más de la granadina. Puerto de la Ragua que dista de Granada unos 100 Km. aproximadamente y que nada más llegar te acoge con sus brazos abiertos, bajo el maravilloso entorno que lo rodea y a pleno corazón abierto sobre el Parque Nacional de Sierra Nevada, a caballo entre las provincias de Granada y Almería. En donde se puede disfrutar, además de ese atracón de Naturaleza, actividades de todo tipo: orientación, esquí (en sus diferentes modalidades como son de travesía, fondo y extremo), rutas a caballo y bicicleta de montaña, ascensiones, deslizamiento por trineo y por supuesto la que nos ocupa, la del senderismo.
Para ello nos dirigimos, sobre las 9,30 h., desde Granada tomando la A-92 con dirección a Almería, abandonándola por la salida 312 con dirección a la localidad de La Calahorra, que la reconoceremos desde la Autovía, ya, por su emblemático castillo construido sobre una colina y sobre el asentamiento de una fortaleza musulmana, cuyo físico fue dotado con imponentes torres abovedadas tomando sus muros ese color rojizo debido al polvo de las vecinas minas de Alquife.

Y así, paso arriba y abajo, repartimos la visita:

*Domingo, día 29-04-07: Ascensión al Chullo (2.608 m.a.) y alojamiento en la Posada de los Arrieros.Desde la localidad de La Calahorra, situada a 1.192 m.a. llegamos al Puerto de la Ragua, a unos 2.000 m.a. por la única carretera de acceso, la A-337, y que comunica las vertientes Norte y Sur de Sierra Nevada; siendo paso obligado además, con comunicación incluida, de las zonas de Guadix y Marquesado del Zenete con las de la Alpujarra Alta. Una estrecha y sinuosa carretera comarcal que supera los 800 metros de desnivel en poco más de 15 kilómetros que dura en distancia su recorrido; tiempo invertido más que recompensado si lo comparamos con las maravillosas vistas que se van alcanzando sobre el horizonte que nos levanta.
Sobre las 10,35 h llegamos al Puerto de la Ragua, también llamado, en las antiguas rutas del estraperlo, como "Puerto de la Peza Almena", aunque en la actualidad dicho nombre está ya en desuso; y que nos recibió, por cierto, con un magnífico día soleado por los cuatro costados de su enclave. Aparcando el vehículo junto al Refugio-Restaurante de madera que hay sobre la Zona Recreativa del mismo mientras entablamos amistad con los amigos Paco y Carmen (de Linares), comenzamos la ascensión al Chullo y techo de la provincia de Almería.
Al alimón pues comenzamos, y justo por el sendero que arranca de la parte trasera del citado Refugio, una vez salvado el vallado de madera en donde al poco de la subida existe una señal indivativa: "Al Chullo 2 horas".
Superado este primer tramo, que nos sirve de calentamiento sobre los pasos y además para “romper el hielo” tras las presentaciones, (Paco resultó ser socio del Club Treparriscos y andarín, con marcha añadida, de la tierra que se ensancha); pendiente y cortafuegos arriba que superamos del 24%, décima más o menos, con dirección Noreste para ir abriendo boca. Camino y con dirección a la Meseta de Prados Largos que vamos; alcanzando a continuación un pequeño collado a medio kilómetro más o menos del inicio, bifurcación de caminos incluida, y dejando atrás la que lleva a Laguna Seca a nuestra izquierda, nosostros todo "patas arriba", hacia el Chullo.
Destacando y observando, como referencia, a ambos lados del camino, sendos pinares, en los que abundan tanto la variedad del pino Laricio como la del Silvestre; y sobre la vegetación y flora que nos rodeaba que la más frecuente y avistada fue la del componente espinoso y almohadillado... piorno y enebro común enano, agracejo; el azafrán silvestre poniendo ese color y notay y algún ejemplar que suelto de draba hispánica, además de todo ese pastizal tan característico de este piso bioclimático, el oromediterráneo.
Y sobre las vistas ni digamos, ya en esta loma sobre la que pisamos ahora, agrandándose el paisaje paso tras paso... al Oeste, es decir a nuestras espaldas, vemos el Morrón de la Cabañuela, detrás el pico San Juan y el Picón de Jerez, a nuestra derecha podemos distinguir el Barranco del Granizo que se une al arroyo “Palancón” y que nace en el Puerto de la Ragua.
Cambiamos de dirección ahora hacia el Sureste, siguiendo el corta-fuegos que se ensancha, alcanzando una de estas zonas de pinar llamada “Meseta de Prados Largos o Altos” (2.132 m.a.).
Después de 1,5 km. desde que iniciamos la marcha, alcanzamos unos afloramientos rocosos llamados “Los Asperones” justo cuando termina el pinar. Desde aquí se inicia el último tramo de la ascensión al Chullo, pasando primero y antes junto a una pequeña construcción a modo de cabaña-refugio hecha de piedra sobre piedra y lajas, un poco camuflada con su entorno por cierto, y en donde ya el viento empieza a hacer de las suyas, muy próximos a la cima y que aún ni divisamos a pesar de su cercanía.
Y...en un abrir y cerrar de ojos que estamos en la cumbre del Chullo (2.611 m.a.), techo de la provincia de Almería, también conocido como "cerro del Granizo", tras superar los 600 metros de desnivel de la ruta, que por cierto nos resultó bastante accesible y cómoda. En cuya cima nos encontramos con su vértice geodésico que fue testigo del instante y de las instantáneas incluidas para el recuerdo, amén del viento que por allí corría con bastante fuerza y tan fresco.
¿Las vistas...? Pues por allí andaban y de campeonato: al Norte, al fondo, las Sierras de Mágina, Cazorla y Castril, y bajo nuestros pies la Depresión de Guadix-Baza; al Noreste la Sierra de Baza; al Este la Sierra de los Filabres, con su enorme observatorio del Calar Alto y el cerro del Almirez tan próximo, con su inconfundible silueta; al Sur las Sierras de la Contraviesa y Gádor y los Valles de Ugíjar y Adra con sus brillantes invernaderos; al Oeste las cumbres de Sierra Nevada, como eran además de las anteriores avistadas durante la remontada (del Mediodía, San Juan y El Puerto) las del Picón de Jérez, Alcazaba y Mulhacén.
Punto y final de esta ruta (tras 1 h. y 30 m. de sólo subida), y aunque no sea muy técnica a nivel montañero, si lo es para el recuento y recuerdo de los pasos del sendero.
Así que, volviendo sobre nuestros propios pasos, por el mismo camino que nos trajo, observando además durante el descenso a nuestra izquierda para más referencias de la marcha, vemos el ajado Barranco de Bayárcal por donde discurre la carretera a Laroles, con desvio previo para la Alpujarra almeriense, mientras por encima vemos también una enorme masa de pinar y la pista forestal de Trevélez; realizando al final la obligatoria parada para el avituallamiento en la zona recreativa del Puerto de la Ragua, en las mesas de madera y bancos que hay habilitados junto al Punto de Información para ello.
Y ya, tras dicho acto, "más que sagrado", nos dispusimos a continuar con la marcha de nuevo en vehículo, seguidos por los amigos Paco y Carmen, bajando por la carretera que veíamos en el descenso y que conduce a Laroles; pero antes haríamos la parada en La Posada de los Arrieros (desviándonos en el primer cruce a la izquierda con que nos tropezamos y a escasos 5 kilómetros del Puerto, y ya dentro de la provincia de Almería) punto en donde nos despediríamos de nuestros nuevos amigos y acompañantes de sendero. Ellos continuaron hacia el pueblo de Ohanes (extremo más oriental del macizo de Sierra Nevada y famoso por sus parrales y uva que le ha dado nombre y cuna) y nosotros nos quedaríamos aquí para pasar la noche.

Una vez instalados en la Posada realizamos un breve recorrido por las localidades de Bayárcal (pueblo orgulloso de su historia y con restos de un castillo milenario en Ynizar; paraje natural e histórico que fue antigua Villa y en donde Felipe II derrotó en 1572 a los moriscos sublevados, destruyéndola tras la batalla; quedando aún algunos restos de la misma y de su castillo) y Paterna del Río (con romería incluida, que nos pilló de lleno, en ésta última, y en honor a la Virgen de los Remedios). Localidad que vemos marcada y diferenciada por cuatro barrios, signo y herencia del asentamiento musulmán, quedando aún recuerdos de dos mezquitas y un pequeño castillo que dio cobijo a los habitantes de las casas colindantes de aquella época. Ambos pueblos pertenecientes a la Alpujarra almeriense y que llevan en su sangre ese grado de belleza sobre el paisaje y con el corazón, al sol saliente, tan natural y abierto de sus gentes.

*Lunes, día 30-4-07: Recorrido por la Alpujarra granadina.

Tras el desayuno en esta bonita Posada-Hotel Rural de Los Arrieros, situada sobre una cota de 1.800 metros (por donde pasa justamente el sendero de la GR-7, a escasos metros y a espaldas de la Recepción, y que viniendo de Bayárcal sube hacia el Puerto de la Ragua), reconstruida además con gusto y elegancia, sin perder las normas ni la forma con el entorno que la rodea en cuanto a materiales de construcción se refiere (pizarra, launa, piedra y madera), y sobre la antigua “Venta el Zamburino” de finales del Siglo XIX nos dirigimos entonces y ahora, volviendo al cercano cruce y sobre la carretera que nos trajo, de momento cuesta abajo, hacia la Alpujarra granadina.
Indicar sólo, y para no extenderme en palabras, que no serían suficientes ni bastantes y que pasaron por delante de nuestros ojos en forma de paisajes (de los que se guardan para siempre como perlas de Sierra Nevada), un breve recorrido por los nombres propios sobre los que pasamos. Pueblos de la Alpujarra, sencillos, acogedores y pintorescos, que tienen su semejanza pero con su propia historia y rincones a sus espaldas y que sirven de puerta de enlace para hacer entrar al visitante en la paz y sosiego, al mismo tiempo que el reloj, mientras tanto, parece detenerse. Incluso algunos, los menos retocados por el urbanismo moderno, hasta retrocedernos en el tiempo, si cabe. Así pues, vayan como ejemplo y consejo de ser visitados y por el mismo orden que nos recibieron a nuestro paso los siguientes y tallados por la naturaleza de la Alpujarra:

-Por la A-4130: Laroles (antigua "Alaroles" que dependió de Ugíjar y que en la actualidad está integrada en el Ayuntamiento de Nevada junto con Picena, Mairena y Júbar, su núcleo urbano está delimitado y recorrido por la acequia Malcoba de construcción árabe; población en la que destaca la Iglesia del Rosario con su esbelta torre de origen mudéjar y única en la Alpujarra), Mairena (acogedor núcleo de calles encaladas y luminosas y adornado a la tradicional usanza alpujarreña), breve parada sobre el río Nechite para deleitarnos con su saltos de agua y el correr de su habla, Mecina Alfahar (que estuvo también integrada en la tahá nazarí de Uxixar; tomando, cómo no, influencia como todo el resto de la Alpujarra de su cultura), Válor (de donde era Don Fernando de Córdoba y Válor y que tras la sublebación morisca en 1569 fue coronado rey de las Alpajarras, tomando el nombre de Aben-Humeya), Yegen (con recorrido incluido por el llamado sendero de Gerard Brenan), Mecina Bombarón (con visita también, a través del tramo de la GR-7 que la enlaza, a la pequeña localidad de El Golco; perteneciente, junto con Yegen, Mecina y Montenegro, al municipio de Alpujarra de la Sierra), Alcútar, Bérchules (conjuntamente los dos forman "Los Bérchules", siendo su poblamiento al menos de origen mozárabe; destacando, por aquellos entonces, en su producción de sedas y esencias aromáticas, resaltando en la actualidad por sus exquisitos productos de la tierra; Alcútar se traduce como "Fuente del paraíso" y Bérchules como derivación del árabe "Berchul" que signifca "Bergel"- vergel) y Juviles (célebre, amén de su enclave privilegiado en altura y paisaje, y por lo que con ello se alcanza, en productos también de la tierra y su derivada gastronomía, además de por su concurrida y animada representación teatral en donde todos los años (allá por el 2º fin de semana de agosto) se conmemora la tragedia entre moros y cristianos)
-Por la A-4132: Trevélez ("La Perla del Mulhacén"- como yo la llamo- y que estaba a rebosar de guiris y visitantes), Busquistar (asentada en el mismímiso barranco del río Trevélez conserva también la estructura bereber que le transmitió ese aire y corazón tan alpujarreño), Pórtugos (con visita ferruginosa incluida a Fuente Agria y al paraje de El Chorrerón y tan próximos), Pitres (con parada para un pequeño refrigerio en su "curioso" y altivo “puerto de mar” bautizado y "donado" por el Alcalde), Pampaneira (con el necesario y obligado “stop”, después de tanta curva a diestra y siniestra, para el avituallamiento y posterior estiramiento de piernas a través de sus pintorescas calles y antes de la vuelta al volante; quedándonos con todas las ganas de haber subido antes a Bubión y Capileira - las dos, "princesas" del Mulhacén- y que estaban tan radiantes allí en lo alto), Caratáunas (fue Caratamuz durante la época árabe y como casi todas "sus hermanas" sufrió las consecuencias de la despoblación tras la expulsión de los moriscos, siendo repoblada con la llegada de cristianos viejos de otras regiones a finales del siglo XVI, principios del XVII; en la actualidad es el municipio más pequeño de la comarca), para finalizar, por ésta, en el cruce con Órgiva.
-Por la A348: Lanjarón (breve parada en el famoso ya "pueblo del agua" y que baja cantando y correteando desde Sierra Nevada)
-Por la A-44: punto y final y de vuelta a Granada.

Como siempre dejo algunas instantáneas de esos momentos vividos que facilitan el recuerdo y el recuento de los pasos.
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- Accesos y recorridos, día 29-04-07: Desde Granada por la A-92 y con dirección Almería, salida 312, hasta el Puerto de la Ragua (100 km.) en vehículo para realizar la subida al Chullo**, estancia y noche en la Posada de los Arrieros (Bayárcal- Almería) con visita previa a Bayárcal y Paterna del Río.
- Regreso, día 30-04-07: Posada de los Arrieros - recorrido por la Alpujarra granadina hasta la A-44 para finalizar en Granada.
- Total distancia recorrida en vehículo: sobre unos 280 km. aprox.
- Número de participantes: 2
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- Itinerario senderismo_subida al Chullo: Puerto de la Ragua-Cumbre del Chullo.
- Trayecto: lineal (de ida y vuelta por el mismo sitio)
- Recorrido: alrededor de unos 10,5 km.aprox. (ida y vuelta)
- Número de participantes: 4
- Dificultad: Media-Baja
- Desnivel: 600 m.
- Duración: 3 h. (subida y bajada) con pequeñas paradas y recreo en la cumbre.
- Agua: Fuente de la Ragua.

15 abril 2007

RESTÁBAL - EL PADUL

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RESTÁBAL – EL PADUL

Con ésta, bajamos de nuevo hacia el Valle de Lecrín o Valle de la Alegría para impregnarnos de esta tierra tan generosa y que te contagia nada más poner los pies sobre su alfombra verde y en forma de piel sobre la naturaleza. Entorno que te conquista ya, tras abrir los ojos y ponerlos en remojo, bajo el color de su bandera: verde, naranja, amarillo y blanco; y con su cielo azul como telón de fondo sobre ese paisaje tan propio.
Para allá que nos dirigimos hoy desde Granada en autocar hacia la localidad granadina de Restábal ( a unos 35 km. de distancia), y que junto con Melegís y Saleres forman el municipio de El Valle.
Aquí comenzamos el recorrido, a pierna suelta nada más bajar del vehículo, sobre las 10:05 de la mañana y echando de menos, por la parte que me toca, a mi "media naranja blanca"que andaba un tanto indispuesta. Una mañana, por cierto, que se nos había abierto como por milagro después de unos días de vuelta a las nubes sobre Granada y que nos habían tomado cariño tras el paso de la Semana Santa.
Apuntar que Restábal está situado junto a la confluencia de los ríos Saleres y Dúrcal, al pie del cerro de los Canjorros, y que iniciamos la marcha sobre una cota de unos 538 m. de altitud sobre el nivel del mar.
Bajamos al río, para cruzarlo de inmediato, y caminamos ahora por el margen derecho del río Dúrcal entre hermosas plantaciones de naranjos y algún que otro limonero y como jugando al escondite entre ellos. Tomamos dirección norte entre una magnífica vegetación de ribera, mientras vamos calentando piernas, y respirando ya de todo lo que se nos acerca.
El carril al poco, se bifurca. Nosotros tomamos el de la derecha y que continúa paralelo al río Dúrcal.
Tras pasar de nuevo por otra zona de cultivo de naranjos, cruzamos el río y continuamos por el sendero que nos asciende un poco hasta una casa medio en ruinas. Sobre ella tenemos lo que queda del Castillo de Murchas o Castillo de Lojuela y que fue de la reina árabe Zoraida, esposa del Rey Mulhacén. Vestigio claro de la época musulmana, se encuentra situado sobre uno de los dos únicos arrecifes de coral del Mioceno (hace 200 millones de años) que afloran en la provincia de Granada, en donde podremos encontrar fósiles de corales, moluscos, etc., etc., y al que nos dirigimos tras un subidón de piernas y agarrándote a lo que puedas, pues la vereda de acceso por esta cara está un poco dificultosa. Al llegar arriba, las vistas pues que merecen la pena: resto de las murallas y de la torre, de este castillo que fue fortín y torre de vigilancia y que dan paso y alternancia al horizonte que nos rodea, con una bella panorámica de varios pueblos del Valle y las montañas que lo abrazan.
Bajamos del Castillo por el acceso opuesto al que lo “conquistamos” sobre el terreno y que nos deja sobre un carril arenoso que nos va descendiendo, al poco, hasta el trazado y curso de una acequia. Acequia que seguimos al pie de sus aguas pero en sentido contrario al de su bajada.
Salvando algunos tramos en que puedan causar un poco de vértigo, esta acequia nos conduce hasta la parte de la misma conocida como Los Arcos. Tramo de este canal de riego que toma sus aguas del río Dúrcal, surtiendo a las tierras de Melegís, y en el que los árabes (o posiblemente los romanos) construyeron estos elementos para salvar el desnivel existente sobre el terreno y poder darle la continuidad a las aguas. Construcción que, según se observa, recientemente ha sido reconstruida, sobre una gran parte muy dañada, mediante bloques de cemento, y que desentonan con el resto de la historia. Esperemos que el tiempo se encargue de emparejarlas y bajo el verde de la naturaleza.
Mediante una pronunciada pero corta bajada, nos asentamos junto al mismísimo margen izquierdo del río Dúrcal, atravesando por entre una espesa zona de eucaliptos, sauces, pinos y enormes álamos a los que se les han adherido la hiedra como abrazándolos.
Seguimos curso arriba del Dúrcal, al que salvaríamos cruzando de un lado al otro en un total de tres ocasiones por rudimentarios puentes (dos de madera y uno de obra), y salvando en hilera mientras tanto un espeso cañaveral, por el que no tenemos ni pérdida ni excusa para no atravesarlo. Sólo seguir el rastro de los túneles, abiertos al efecto entre las cañas y construidos para la continuidad de la vereda, para abandonar este hermoso paisaje de ribera. Pero eso sí, con un poco de pena a nuestras espaldas.
El terreno sobre el que pisamos ahora, sobre este angosto cañón, se aclara de inmediato, mientras observamos un magnífico meandro a nuestra derecha, para ascender a pierna suelta entre el zigzag de la vereda que nos levanta hasta que nos topamos con las primeras huertas o bancales de la localidad de Cónchar, que junto con la de Cozvíjar, forman el municipio ahora de Villamena.
Nos adentramos en Cónchar, haciendo una breve parada en el Bar de Rosa (porque todo hay que “andarlo”, que la vida no es sólo cuesta arriba). La salida de Cónchar la hacemos por la puerta grande y con dirección Norte. Dejamos atrás el Bar-Restaurante "La Huertecilla" que nos hizo un guiño mediante su olor a tapa viva, como tentándonos para que nos quedáramos a comer en su recogida y privilegiada terraza-comedor. Si nos hubiese guiñado también el otro... ¿Quién sabe las bajas que hubiésemos tenido? Pero no, todos al completo, que esto del andar también tiene su gustazo y recompensa, nos aupamos hasta un excelente mirador que se está contruyendo sobre una pequeña explanada, al margen izquierdo y sobre una gran curva que forma la carretera de bajada y acceso al pueblo. Después de cruzar dicha carretera y pasar unas escombreras, marchamos por un carril carretero de tierra rojiza que tenemos enfrente, flanqueado a ambos lados por una finca de almendros y en donde, al poco y a nuestra derecha, tenemos una pequeña granja-criadero de avestruces, para acto seguido dirigir nuestra mirada y el sentido de la marcha hacia el gran puente de hormigón sobre la Autovía de la Costa y que tenemos justo delante, pero en lejanía. Detrás de éste, como de regalo para la vista y descanso de los párpados, tenemos el de hierro y que fue construido por un discípulo de Eiffel, y al que el pueblo “cariñosamente” y enseguida bautizó, y antes de que se oxidara, como el Puente de Lata y que fue construido en los Talleres Lecoog, en Bélgica. Añadir, como curiosidad, que estuvo instalado durante 21 años en Gor, antes de ser trasladado a Dúrcal, donde se inauguró en 1924. Su longitud es de 270 m. y está construido con acero cromado, alcanzando su coste la suma de seis millones de reales de por aquellos entonces.
Entramos ahora en la finca Alcázar y algunos nos decidimos, antes del obligado avituallamiento, a visitar la cascada que ruge aguas abajo del Arroyo que da nombre a esta finca y que nace en la rambla de Cijancos, un poco más abajo del Cortijo La Venta. Arroyo Alcázar que desemboca en el río Dúrcal tras unos 2 km. de recorrido.
Después de visitar esta hermosa cascada, a la que se accede arroyo abajo por su margen izquierdo, con subida y bajada, y de retorno a la inversa incluida; mediante un último esfuerzo, y tras un dificultoso acceso hasta su mismísima base, tras escuchar el rugir de su habla, empaparnos de sus aguas y de realizar, junto a los que no quisieron bajar a verla, esa parada obligada para el avituallamiento que alimenta el doble de su espacio, nos levantamos "de la mesa" en caminata, para continuar con la marcha, por el sendero principal que tenemos delante y que asciende hasta otra nueva bifurcación de caminos. Ahora tomamos el de la izquierda y que pasa justo por debajo de una higuera. El sendero asciende aguas arriba del río o arroyo de la Laguna que recoge las aguas de la laguna del Padul.
Tras cruzar la autovía, bajo las entrañas de un gran ojo a modo del puente que la salva, llegamos a la localidad de Cozvíjar.
Destacar de Cozvíjar tanto su señorial núcleo urbano como las Cuevas del Arroyo y antes mencionado de la Laguna; sitio por el que se le dio salida forzada a las aguas milenarias de la antigua laguna del Padul tras su desecación, allá por 1779 y que llegó a ocupar unos 5 km2 de extensión.
Atravesamos dicha localidad con dirección a la Ermita de la Virgen de la Cabeza, para tomar la Vía Pecuaria, debidamente señalizada.
Andamos un kilómetro aproximadamente y tomamos un desvío a la izquierda, exactamente en donde hay un cartel anunciando “coto privado de caza” y que ya nos suena a algo…
Este desvío, nos acerca hasta un cortijo sobre el que parece que se termina el carril, pero aquí debemos de desviarnos a la derecha y seguir todo adelante. Al llegar de nuevo a otro cruce de caminos, tomamos el de la derecha para pasar junto a una caseta de madera relacionada seguramente con el seguimiento de las aves que habitan entre los carrizales de este humedal del Padul; sin duda uno de los más importantes de España e incluido en el convenio RAMSAR y que cuenta con la mayor turbera de la cuenca mediterránea, con la presencia de gran variedad de especies consideradas como vulnerables. Aves entre las que podemos ver en la laguna, entre sus "madres" como aquí se les llama a los canales de drenaje, aparte de Aguiluchos laguneros, Ánades reales, Fochas, etc. etc., vivos ejemplares de Agachadiza chica, Bisbita alpino y común, Buitrón, Martín pescador, Lavandera blanca, Pechiazul, Rascón europeo, Ruiseñor bastardo, Tarabilla común, Torcecuello, Verdecillo y Zorzal común.
Localidad de Padul a la que nos acercamos sobre los pasos y siempre con la vista puesta al frente para que nos sepa a ese camino más corto y acertado.
Tras un último “paseíllo” a través de estos carrizales de la Laguna del Padul, y que nos lleva hasta un renovado puente de madera, cruzándolo y continuando por el antiguo camino del tranvía, nos conduce hasta la cota en donde está enclavada El Padul (unos 744 m.a.)
Punto y final de esta variada ruta, sobre las 17:00 h. aproximadamente, que en cuanto a colores y sabores se refiere, y que tras los 19 km. que ha supuesto su recorrido y salvando ese pequeño desnivel de 206 m., nos ha brindado hoy con esa mezcla tan explosiva para el descanso, gozo y recreo de la vista.
Y bueno que, tras tirar la casa por la ventana y a modo de fuegos artificiales, sirva ésta como despedida oficial por estas tierras de El Valle, sobre el programa de primavera, y tan próximas como hermanas. ¡Y que…hasta la próxima que viene, que aquí os dejo algunas instantáneas, como muestra de esas ganas!
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- Accesos: Desde Granada con dirección Motril, por la A-44 y salida El Valle, hasta Restábal (35 km. aprox.) en autocar.
Regreso: El Padul- Granada en autocar (unos 13 km.)
- Itinerario: Restábal, Castillo de Murchas, Cónchar, finca y Arroyo Alcázar (con visita a su cascada), Cozvíjar, Ermita Virgen de la Cabeza, humedal del Padul, El Padul.
- Trayecto: lineal
- Distancia recorrida: 19 km.aprox.
- Participantes: Club Senderista el Bastón
- Dificultad: Media-Baja
- Duración: 7 h. (incluidos descansos y parada para el avituallamiento)
- Agua: en los 4 pueblos visitados.