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Para finalizar en Tocón de Quéntar, bajo este agujero de Sol y sus blancas casas, como diminutas pinceladas sobre la tierra.
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Mientras las nubes eran empujadas por el viento y este contraluz quedó como recuerdo
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Para, al rato y grande, pasar junto a esta zona utilizada como helipuerto (izquierda) y al Cerro de Alacranes (que vemos de frente)
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Y que abandonamos, dejando atrás la máxima cota sobre la ruta, cortafuegos abajo, desembocando al final, con los frenos al máximo, sobre este camino forestal. Alternativa ésta, la de la pista que tenemos delante, aunque más larga en su recorrido sobre la variante que allá arrriba hemos dejado atrás, y de la que nos han hablado, sobre el otro carril carretero junto al cortafuegos, en el punto más elevado del que comentaba anteriormente y que buscaremos en otra ocasión y/o para la próxima en que volvamos.
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Eran unas cuantas setas de "cardo cuco" ( Pleurotus eryngii ) " bocatta di cardinali" de la micología y que encontramos sobre esta llanura de los Lastonares (de lastón - gramínea perenne)
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Para encontrarnos, al poco... No, no era con ninguna mina anti-senderistas, sorpresa!*
Para ascender, por este lado del barranco, con estas vistas de la Loma del Camarate, levemente nevada, al fondo y cubierta de espesas nubes
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Y que tras hacer aquí la obligada parada para el avituallamiento, iniciamos el ascenso barranco de los Lastonares arriba...
Y que tras hacer aquí la obligada parada para el avituallamiento, iniciamos el ascenso barranco de los Lastonares arriba...
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...llegamos a las ruinas de este antiguo poblado de Padules, a los que los lugareños llaman los Almendrillos. Aquí vemos una pequeña y blanca ermita que aún se conserva en buen estado
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Bajo este otoño que, por aquí, escondía sus colores más íntimos; esparciéndolos sobre este tapiz tan almohadillado... *
Para caminar a continuación por este sendero, único tramo señalizado con hitos de madera
Para caminar a continuación por este sendero, único tramo señalizado con hitos de madera
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Río Padules que atravesamos por este rústico puente de madera hecho con unos cuantos troncos de álamo.*
Y que llegaron al río Padules, fijo, antes que nosotros*
Pasos que tuvimos que ceder a estas cuantas reses de ganado vacuno si no queríamos que nos pasaran por encima
Pasos que tuvimos que ceder a estas cuantas reses de ganado vacuno si no queríamos que nos pasaran por encima
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Vereda que ya te encarrilla hacia el río Padules y que hay que tener mucha precaución con los pasos porque hay cantidad de roca suelta sobre la misma*
Carril que abandonaríamos al poco buscando la referencia de unos postes de electricidad sobre esta explanada, allá a nuestra derecha, para tomar la vereda que nos baja hasta el río Padules. Al fondo vemos, agudizando la vista, el nuevo Padules, en la base de la montaña, en forma de pirámide, que destaca hacia el centro de la foto.
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Para despedirnos de Haza Redonda, con el Calar de Güejar Sierra a sus espaldas
Para despedirnos de Haza Redonda, con el Calar de Güejar Sierra a sus espaldas
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Tras despedirnos, continuamos con el camino de los pasos, pasando junto a las ruinas de este cortijo abandonado, dándole este giro a la caminata *
Bajo una mañana nublada, gélida y ventosa. Atrás dejamos, al fondo a nuestras espaldas, el Calar de Güejar Sierra con una poca de nieve en su cumbre, como regalo de los cielos.
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Entrando al Paraje de Haza Redonda nos cruzamos con el Club de Senderismo Airo. Y aquí queda la instantánea del momento!
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Bajo una mañana nublada, gélida y ventosa. Atrás dejamos, al fondo a nuestras espaldas, el Calar de Güejar Sierra con una poca de nieve en su cumbre, como regalo de los cielos.
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Aquí, caminando ya junto al Tíntín; y que, por su margen derecha, que nos encaminamos barranco arriba*
Nueva y casi aérea vista del Pantano de Quéntar y de la Cueva de las Palomas...*
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Carril en ascenso que comienza asfaltado para continuar por un piso de tierra, al poco, con estas estupendas vistas de la población de Quéntar*
Presa de bóveda del Pantano de Quéntar que debemos de atravesar para tomar el carril que lleva desde aquí hasta Güejar Sierra.*
Cueva de las Palomas, en la que se adentra el Pantano*
Inicio de la Ruta en el Pantano de QuéntarPANTANO DE QUÉNTAR-TOCÓN DE QUÉNTAR (POR BARRANCO TINTÍN Y PADULES)
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Continuando por estos caminos del otoño, hoy, bajo un día bastante nublado, gélido y ventoso, nos dirigimos hacia tierras de Quéntar (y su anejo de Tocón), atravesando también por entre las de Güejar Sierra, para realizar esta ruta para la que debemos de utilizar varios vehículos.
Una vez en el Pantano de Quéntar, hasta el que nos hemos acercado desde Granada en dos coches, sólo los dos conductores continuamos hacia su anejo de Tocón, a unos 9,1 km. de distancia del embalse circulando por la GR-SE-39, comenzando la ruta tranquilamente desde aquí el resto del grupo. Para una vez estacionado un vehículo en Tocón, volvernos en el otro hasta el Parking del Pantano de Quéntar y acto seguido alcanzar rápidamente a los que, desde aquí, emprendieron ya la marcha.
Indicar que comenzamos la caminata, sobre las 10 de la mañana, con una temperatura de unos 4ºC y sobre una cota de nivel de unos 1.056 m., calentando ambiente y piernas, cruzamos por la presa de hormigón, construida de las de tipo “bóveda”, para continuar por el corto tramo de carretera asfaltada que, en seguida asciende, con unas estupendas vistas del mismo y de la población de Quéntar, observando la Cueva de las Palomas, a un tiro de piedra, y cómo las aguas se adentran en la misma. Para caminar a continuación, ya por carril carretero de tierra, que lleva hasta Güejar Sierra (dirección La Argumosa-Collado de la Trinchera), pasando junto a la archiconocida escultura, en forma y figura de cabra, y tallada en piedra. Dando incluso "el pego,” en la distancia, y que se encuentra fija y sobre una roca.
A esta altura, nos desviamos del carril principal, girando a la izquierda, en suave ascenso, para pasar a continuación muy próximos a las ruinas del Cortijo del Castillejo.
Al poco, y continuando por este carril carretero, tras rodear en parte y en el sentido de las agujas del reloj un cerrete de unos 1.258 m.a., entramos en tierras de Güejar Sierra, allá sobre la cota de nivel de los 1.200 m.a., y más concretamente en el Valle del Tintín, uno de los tres afluentes que vierten sus aguas al Pantano de Quéntar y desde donde podemos disfrutar de unas magníficas vistas en panorámica del mismo, allá sobre la altura limpia; y de la, mencionada antes, Cueva de las Palomas.
Continuamos por este carril, que termina cerrado al paso para los vehículos mediante una cadena, dejando atrás los cortijos de Tobalo, de Tintín y poco más arriba el de Murillo, sembrando este valle que se va desprendiendo de los últimos colores del otoño; y que, tras los últimos aires, ha desnudado a la mayor parte de los árboles de hoja caduca.
Sobre la cota de nivel de 1.250 m., y punto de unión de los Barrancos de Tintín y Haza Redonda, abandonamos la margen derecha del Tintín, para girar a la izquierda y dirigirnos hacia ese amplio Paraje, con el que nos topamos a continuación, llamado Haza Redonda (1.489 m.a.)
Como referencia deberemos de dejar atrás, antes, unas colmenas a la izquierda y una diminuta hornacina a la derecha. A nuestras espaldas tenemos el Calar de Güejar Sierra y el Collado de la Gitana.
Atravesamos Haza Redonda, cruzándonos con miembros del Club de Senderismo Airo, cuyo guía y promotor, Antonio Ibáñez Romero, tras los saludos pertinentes, nos informa de que, ellos y hoy, estaban realizando la ruta del Pantano de Quéntar-Punto Geodésico de Padules.
Tras un breve coloquio y despedirnos de su grupo, reanudamos el sentido de la marcha, dejando atrás las ruinas de un cortijo, continuando carril arriba, realizando un giro a la derecha. Volvemos a ver, de nuevo a nuestra izquierda, otras colmenas, éstas de las llamadas ecológicas, y de frente y a los lejos, como referencia, el nuevo Padules a la falda de una piramidal montaña. A poca distancia vemos unos postes de tendido eléctrico a los que debemos de dirigirnos y cruzarlos por debajo como punto de referencia para buscar la vereda, ahora, que nos conduce al poblado antiguo de Padules. Vereda que nos desciende hasta el río Padules (en su prolongación arroyo de Padules o Paduales, como he visto incluso escrito en algunos mapas), y que deberemos de cruzar para pasar a la otra margen del mismo por una rústica pasarela hecha con troncos de álamos, marchando ahora por un sendero señalizado con hitos de madera, que nos asciende, en un abrir y cerrar de ojos bajo un paisaje al más puro otoño, hasta el poblado viejo de Padules, paraje llamado por los lugareños de Los Almendrillos, y en donde existen numerosas ruinas de antiguas viviendas, construidas de mampostería de bloques de piedra caliza y sin argamasa alguna. Construcción muy parecida a las de tipo alpujarreño, con restos incluso de tejados cubiertos de launa, composición y forma de los típicos "terraos", en donde existe una pequeña y blanca ermita, que aún permanece en pie y en buen estado por cierto.
Aquí hacemos un alto en el camino para tomarnos un merecido refrigerio con vistas al Cortijo nuevo de Padules. Sobre él observamos gran parte de la Loma del Camarate, levemente nevada, y a la derecha el Collado del Alguacil.
Continuamos con el camino de los pasos y lo hacemos, ahora, por una vereda que asciende Barranco de los Lastonares arriba, atravesando estas ruinas del antiguo Padules, para dirigirnos hacia unos postes de electricidad, como referencia, alcanzando la máxima cota allí de la ruta, 1.585 m. Aunque si hubiésemos tomado la otra margen del Barranco, la izquierda, camino éste utilizado desde antiguo por los habitantes de Tocón para ir a Padules, o viceversa, pasando por las Cuevas, sin ninguna duda el más corto, habríamos ganado en tiempo y pasos. Pero nosotros queríamos hoy andar y le dimos esa vuelta al ruedo al mapa.
Una vez en el Pantano de Quéntar, hasta el que nos hemos acercado desde Granada en dos coches, sólo los dos conductores continuamos hacia su anejo de Tocón, a unos 9,1 km. de distancia del embalse circulando por la GR-SE-39, comenzando la ruta tranquilamente desde aquí el resto del grupo. Para una vez estacionado un vehículo en Tocón, volvernos en el otro hasta el Parking del Pantano de Quéntar y acto seguido alcanzar rápidamente a los que, desde aquí, emprendieron ya la marcha.
Indicar que comenzamos la caminata, sobre las 10 de la mañana, con una temperatura de unos 4ºC y sobre una cota de nivel de unos 1.056 m., calentando ambiente y piernas, cruzamos por la presa de hormigón, construida de las de tipo “bóveda”, para continuar por el corto tramo de carretera asfaltada que, en seguida asciende, con unas estupendas vistas del mismo y de la población de Quéntar, observando la Cueva de las Palomas, a un tiro de piedra, y cómo las aguas se adentran en la misma. Para caminar a continuación, ya por carril carretero de tierra, que lleva hasta Güejar Sierra (dirección La Argumosa-Collado de la Trinchera), pasando junto a la archiconocida escultura, en forma y figura de cabra, y tallada en piedra. Dando incluso "el pego,” en la distancia, y que se encuentra fija y sobre una roca.
A esta altura, nos desviamos del carril principal, girando a la izquierda, en suave ascenso, para pasar a continuación muy próximos a las ruinas del Cortijo del Castillejo.
Al poco, y continuando por este carril carretero, tras rodear en parte y en el sentido de las agujas del reloj un cerrete de unos 1.258 m.a., entramos en tierras de Güejar Sierra, allá sobre la cota de nivel de los 1.200 m.a., y más concretamente en el Valle del Tintín, uno de los tres afluentes que vierten sus aguas al Pantano de Quéntar y desde donde podemos disfrutar de unas magníficas vistas en panorámica del mismo, allá sobre la altura limpia; y de la, mencionada antes, Cueva de las Palomas.
Continuamos por este carril, que termina cerrado al paso para los vehículos mediante una cadena, dejando atrás los cortijos de Tobalo, de Tintín y poco más arriba el de Murillo, sembrando este valle que se va desprendiendo de los últimos colores del otoño; y que, tras los últimos aires, ha desnudado a la mayor parte de los árboles de hoja caduca.
Sobre la cota de nivel de 1.250 m., y punto de unión de los Barrancos de Tintín y Haza Redonda, abandonamos la margen derecha del Tintín, para girar a la izquierda y dirigirnos hacia ese amplio Paraje, con el que nos topamos a continuación, llamado Haza Redonda (1.489 m.a.)
Como referencia deberemos de dejar atrás, antes, unas colmenas a la izquierda y una diminuta hornacina a la derecha. A nuestras espaldas tenemos el Calar de Güejar Sierra y el Collado de la Gitana.
Atravesamos Haza Redonda, cruzándonos con miembros del Club de Senderismo Airo, cuyo guía y promotor, Antonio Ibáñez Romero, tras los saludos pertinentes, nos informa de que, ellos y hoy, estaban realizando la ruta del Pantano de Quéntar-Punto Geodésico de Padules.
Tras un breve coloquio y despedirnos de su grupo, reanudamos el sentido de la marcha, dejando atrás las ruinas de un cortijo, continuando carril arriba, realizando un giro a la derecha. Volvemos a ver, de nuevo a nuestra izquierda, otras colmenas, éstas de las llamadas ecológicas, y de frente y a los lejos, como referencia, el nuevo Padules a la falda de una piramidal montaña. A poca distancia vemos unos postes de tendido eléctrico a los que debemos de dirigirnos y cruzarlos por debajo como punto de referencia para buscar la vereda, ahora, que nos conduce al poblado antiguo de Padules. Vereda que nos desciende hasta el río Padules (en su prolongación arroyo de Padules o Paduales, como he visto incluso escrito en algunos mapas), y que deberemos de cruzar para pasar a la otra margen del mismo por una rústica pasarela hecha con troncos de álamos, marchando ahora por un sendero señalizado con hitos de madera, que nos asciende, en un abrir y cerrar de ojos bajo un paisaje al más puro otoño, hasta el poblado viejo de Padules, paraje llamado por los lugareños de Los Almendrillos, y en donde existen numerosas ruinas de antiguas viviendas, construidas de mampostería de bloques de piedra caliza y sin argamasa alguna. Construcción muy parecida a las de tipo alpujarreño, con restos incluso de tejados cubiertos de launa, composición y forma de los típicos "terraos", en donde existe una pequeña y blanca ermita, que aún permanece en pie y en buen estado por cierto.
Aquí hacemos un alto en el camino para tomarnos un merecido refrigerio con vistas al Cortijo nuevo de Padules. Sobre él observamos gran parte de la Loma del Camarate, levemente nevada, y a la derecha el Collado del Alguacil.
Continuamos con el camino de los pasos y lo hacemos, ahora, por una vereda que asciende Barranco de los Lastonares arriba, atravesando estas ruinas del antiguo Padules, para dirigirnos hacia unos postes de electricidad, como referencia, alcanzando la máxima cota allí de la ruta, 1.585 m. Aunque si hubiésemos tomado la otra margen del Barranco, la izquierda, camino éste utilizado desde antiguo por los habitantes de Tocón para ir a Padules, o viceversa, pasando por las Cuevas, sin ninguna duda el más corto, habríamos ganado en tiempo y pasos. Pero nosotros queríamos hoy andar y le dimos esa vuelta al ruedo al mapa.
Así pues entramos en el paraje llamado Los Lastonares; una extensa llanura ahora, en donde nos contaron después en Tocón, que todo esto estuvo sembrado literalmente de minas durante la guerra civil española. Llanura, y aire libre hoy, que atravesamos, pasando del término municipal de Güejar Sierra al de Quéntar nuevamente, coincidiendo dicha linea divisoria con un cortafuegos, practicado junto al primer pinar con el que nos encontramos, y al que nos acercamos para recorrerlo en descenso; abandonándolo al poco, girando a la derecha, para proseguir la marcha por un nuevo carril carretero que desciende en sus primeros pasos. Camino forestal que asciende y desciende, zigzagueando y zigzagueando a sus anchas, salvando este relieve de barrancos y barrancos, haciéndose casi interminable, aunque en muy buen estado de conservación por cierto y que es utilizado para labores y trabajos del monte. Atrás dejamos un nuevo cortijo a nuestra izquierda, junto a otra zona de colmenas, para llanear después durante un buen rato, y pasar junto a un helipuerto con el Cerro de Alacranes de fondo. Y así, paso tras paso, desembocamos en un nuevo cruce de caminos que, tomando el de la izquierda nos lleva de inmediato hasta Tocón de Quéntar, sobre una altitud de unos 1.250 m.
Ruta de hoy, que la hemos comenzado en uno de los pantanos más emblemáticos de Granada, construido en el año 1.976 y que surte de agua a la capital granadina junto con el de Canales, para pasar a continuación, a través de un paisaje de ribera (Valle del Tintín), a otro del mismo estilo, el del río Padules, también afluente del Pantano de Quéntar, con una vegetación tan propia y característica formada por álamos, sauces, chopos, olmos; para continuar entre un paisaje montañoso y desnudo (afectado en parte por los fuegos del pasado) compuesto de multitud de plantas aromáticas (salvia, romero, lavanda, tomillo) retama, aulagas, piornos, etc.,etc... y que nos deja sobre el arroyo del Tocón, ya en la población del mismo nombre, y que se une más abajo al Río de Aguas Blancas, cerrando el círculo familiar de estas tres fuentes hidrológicas que alimentan al Pantano de Quéntar. Embalse al que nos dirigimos, tras una breve parada en el Bar El Pastor de Tocón, para recoger el vehículo que habíamos dejado allí aparcado e iniciar el regreso a Granada.
Como siempre, dejo algunas instantáneas como muestra y recuerdo de los pasos. Despidiéndome hoy con este dicho gracioso del lenguaje popular y que, a modo de chascarrillo, me han contado que salió de un buen catador de vinos, y que por alusión dejo aquí como referencia al mal estado en que se encuentran algunos caminos tras las últimas lluvias... "Si el agua hace eso con los caminos, qué no hará con los intestinos...!
Ruta de hoy, que la hemos comenzado en uno de los pantanos más emblemáticos de Granada, construido en el año 1.976 y que surte de agua a la capital granadina junto con el de Canales, para pasar a continuación, a través de un paisaje de ribera (Valle del Tintín), a otro del mismo estilo, el del río Padules, también afluente del Pantano de Quéntar, con una vegetación tan propia y característica formada por álamos, sauces, chopos, olmos; para continuar entre un paisaje montañoso y desnudo (afectado en parte por los fuegos del pasado) compuesto de multitud de plantas aromáticas (salvia, romero, lavanda, tomillo) retama, aulagas, piornos, etc.,etc... y que nos deja sobre el arroyo del Tocón, ya en la población del mismo nombre, y que se une más abajo al Río de Aguas Blancas, cerrando el círculo familiar de estas tres fuentes hidrológicas que alimentan al Pantano de Quéntar. Embalse al que nos dirigimos, tras una breve parada en el Bar El Pastor de Tocón, para recoger el vehículo que habíamos dejado allí aparcado e iniciar el regreso a Granada.
Como siempre, dejo algunas instantáneas como muestra y recuerdo de los pasos. Despidiéndome hoy con este dicho gracioso del lenguaje popular y que, a modo de chascarrillo, me han contado que salió de un buen catador de vinos, y que por alusión dejo aquí como referencia al mal estado en que se encuentran algunos caminos tras las últimas lluvias... "Si el agua hace eso con los caminos, qué no hará con los intestinos...!
Pues eso, que hasta la próxima,! Y sobre todo, no os toméis estas palabras al pie de la letra, bebed con moderación, alegría y sabiduría, y quien conduzca ni gota de alcohol, no vayamos a liarla!
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-Itinerario: Pantano de Quéntar, Barranco Tíntín, Haza Redonda, ruinas de Padules (Los Almendrillos), Los Lastorares, Tocón de Quéntar.
-Itinerario: Pantano de Quéntar, Barranco Tíntín, Haza Redonda, ruinas de Padules (Los Almendrillos), Los Lastorares, Tocón de Quéntar.
-Trayecto: lineal (utilizando varios vehículos para ello)
-Distancia del recorrido: unos 21 km. aprox.
-Participantes: 6
-Dificultad: Baja
- Duración: 7 h. con descansos incluidos.
- Máximo desnivel alcanzado en la ruta: 529 m.
-Dificultad: Baja
- Duración: 7 h. con descansos incluidos.
- Máximo desnivel alcanzado en la ruta: 529 m.
-Agua: se recomienda llevar.
1 comentario:
Hola Joseme, muchas gracias por tu gran comentario, como se nota que ademas de la fotografía dominas la palabra.
El día 2 de Diciembre no me importaría acompañaos en vuestra subida a la cumbre de Mágina. Contacta conmigo en la dirección que encontraras en la introducción de mi blog.
Un saludo desde Mágina.
Angel
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